EL PODER DE LAS AFIRMACIONES POSITIVAS MITO O REALIDAD?

Las afirmaciones positivas son una herramienta psicológica sencilla para influir en nuestros pensamientos. Te contamos sus ventajas y desventajas.

A menudo, somos nuestro peor crítico y podemos llegar incluso a tener pensamientos autodestructivos. Cómo nos hablamos a nosotros mismos importa y afecta a nuestra autopercepción. Si nos hablamos a nosotros mismos de forma negativa –con frases como «no valgo para nada»– nuestra autoestima se verá minada. Para cambiarlo, las afirmaciones positivas son una herramienta de psicología bastante sencilla y para la cual no necesitas nada más que a ti mismo.

¿Qué son las afirmaciones positivas?

Como su propio nombre indica, las afirmaciones positivas son frases que nos decimos a nosotros mismos en voz alta y de forma repetida para reforzar nuestra autoestima, autopercepción y seguridad en nosotros mismos. Puede que estemos atravesando un momento difícil, que desde niños hayamos tenido una baja autoestima o que nos hayamos propuesto un objetivo (un nuevo trabajo, por ejemplo) y nos haga falta una dosis extra de motivación. «A través de esta frases positivas conseguimos visualizar la inutilidad de los pensamientos negativos que acostumbran a invadir nuestras mentes», explica la psicóloga Adela Amado en Mundo Psicólogos.

Las afirmaciones positivas no son algo moderno pues están relacionadas con los mantras, los cánticos espirituales que se repiten durante la meditación y que tienen su origen en la antigua India. En sánscrito, la palabra mantra procede de ‘man’, que se traduce como ‘mente’ o ‘pensar’; y ‘tra’, que significa ‘herramienta’; y eso son ambos, tanto las afirmaciones positivas como los mantras, herramientas para pensar.


¿Qué dice la ciencia sobre las afirmaciones positivas?


La cultura del positivismo está muy presente en las redes sociales, donde vemos constantemente mensajes optimistas con una estética algo infantil como «querer es poder», «nada es imposible» o «tu único límite eres tú»…

Sin embargo, la mayoría de estas afirmaciones entienden que solo nosotros mismos y nuestras actitudes somos responsables de cambiar nuestra situación aun cuando nos enfrentamos a problemas reales como la salud mental, un momento duro en nuestra vida (ruptura, fallecimiento de un ser querido…) o precariedad laboral. En este caso, afirmaciones de este tipo pueden resultar dañinas para nuestra autoestima y muy frustrantes si no conseguimos llevar a cabo nuestros propósitos. A la larga pueden aparecer sentimientos de culpa y ansiedad. Es lo que se conoce como positividad tóxica.

Por todo esto, como es lógico, existen diferentes opiniones sobre la efectividad de las afirmaciones positivas. Algunos estudios indican que pueden funcionar porque pueden motivar, ilusionar e incluso programar nuestra mente para alcanzar los objetivos deseados. «Las afirmaciones cuando son realistas y se practican con persistencia, pueden ser una herramienta sencilla de autoayuda, con capacidad para motivar, aumentar la autoestima y confianza, elementos necesarios para adoptar cambios positivos y a alcanzar las metas deseadas», cuenta Amado.

¿Cómo practicar las afirmaciones positivas?

Al igual que aprender a decir que ‘no’, las afirmaciones positivas son una forma de autoayuda o autocuidado emocional que puede llegar a aprenderse con paciencia y práctica. Si esperamos resultados de la noche a la mañana no van a funcionar. Empezar y ser constantes es la parte más costosa de las afirmaciones positivas. Para que resulten lo más efectivas posible debes tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Escoge frases que se adapten a ti, a tu situación y a aquello que quieres mejorar. Una vez hayas detectado ese aspecto de ti mismo en el que te gustaría ser más positivo (como tener la autoestima más alta) enfócate en frases adecuadas a ello (“me acepto tal como soy”, “tengo muchas virtudes”).
  • Deben ser concisas, no muy largas y estar redactadas en presente. Si elaboramos frases demasiado largas y complejas no tendrán el mismo impacto en nuestra mente y será más fácil perder el foco.
  • Pronúncialas en voz alta. «Decir las cosas en voz alta hace que reforcemos más estos mensajes motivacionales y los tengamos más presentes en nuestra mente», asegura la doctora Amado.
  • Repite las afirmaciones cada día, varias veces al día. Lo ideal sería repetir estas frases varias veces al despertar cada mañana, de nuevo durante el día y antes de ir a dormir. Dedicar unos minutos de nuestro día durante bastante tiempo hará que comiences a creer en ellas.
  • Concéntrate en el momento. Es esencial estar muy presente mientras pronuncias estas afirmaciones. Si lo haces mientras llevas a cabo otra actividad no tendrá efectividad. Vale la pena que inviertas un minuto de tu tiempo a pronunciar las afirmaciones de forma muy consciente.
  • Visualízate alcanzando tu objetivo. Puede que no consigas aquello que quieres, es absolutamente normal y no pasa nada por fracasar, pero mientras estés pronunciando las afirmaciones es importante dejar los escepticismos a un lado y creer en lo que estás diciendo. La confianza en el ejercicio es fundamental.